Esta es la pregunta que se nos formula en un artículo firmado por Miguel Carasol, Director del Comité Científico de la Sociedad Española de Periodoncia y Osteointegración (SEPA); y por Francisco Rodríguez Lozano, Presidente del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo, publicado en la revista Salud Bucal nº 18.
En el artículo, sus autores hacen un análisis de qué alteraciones bucales están directamente relacionadas con el consumo de tabaco y cómo puede este favorecer el desarrollo de enfermedades de las encías tales como la periodontitis o la periimplantitis, entre otras, así como un mayor riesgo de desarrollar cáncer oral.
La boca es la principal vía de entrada a nuestro organismo, y los dientes, la lengua, la mucosa bucal y las encías, los primeros en entrar en contacto con agentes externos que pueden alterar su estado, provocando desde modificaciones a nivel estético hasta alteraciones en las encías que comprometan nuestra salud bucal y general.
Alteraciones bucales
Enfermedad periodontal
El tabaco es un vasoconstrictor y como tal hace que las encías estén menos irrigadas, presenten un color pálido y parezcan menos inflamadas, lo que puede enmascarar uno de los principales signos de alarma de la enfermedad periodontal y por el que muchas personas consultan a su dentista o periodoncista: el sangrado de las encías.
El tabaco disminuye claramente las defensas de las encías, que quedan más expuestas al ataque bacteriano y, por consiguiente, ser más susceptibles a la infección periodontal. Debido a esta disminución de las defensas, los fumadores no solo tienen tres veces más riesgo de sufrir una periodontitis, sino que, además, progrese más rápidamente, se retrase su diagnóstico y, en consecuencia, el inicio del tratamiento más adecuado.
El 90% de las periodontitis que no responden convenientemente al tratamiento convencional se dan en fumadores.
Se ha constatado, además, que el 90% de las periodontitis que no responden convenientemente al tratamiento convencional se dan en fumadores. Igualmente, en las periodontitis más avanzadas que requieren cirugía periodontal los resultados son menos favorables en los pacientes fumadores.
El consumo de tabaco es un factor clave que dificulta el buen control de la periodontitis, así como el éxito en los tratamientos con implantes, siendo un factor de riesgo importante en el desarrollo de la periimplantitis (infección e inflamación del tejido de soporte del implante).
Hábitos de una buena higiene bucal y visitas al odontólogo más regulares y frecuentes ayudarán a tener un mejor y mayor control sobre las diferentes alteraciones asociadas al tabaco. Y, por supuesto, el abandono del hábito de fumar.
Fuentes:
Revista nº 18 de DENTAID
Esta es la pregunta que se nos formula en un artículo firmado por Miguel Carasol, Director del Comité Científico de la Sociedad Española de Periodoncia y Osteointegración (SEPA); y por Francisco Rodríguez Lozano, Presidente del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo, publicado en la revista Salud Bucal nº 18.
En el artículo, sus autores hacen un análisis de qué alteraciones bucales están directamente relacionadas con el consumo de tabaco y cómo puede este favorecer el desarrollo de enfermedades de las encías tales como la periodontitis o la periimplantitis, entre otras, así como un mayor riesgo de desarrollar cáncer oral.
La boca es la principal vía de entrada a nuestro organismo, y los dientes, la lengua, la mucosa bucal y las encías, los primeros en entrar en contacto con agentes externos que pueden alterar su estado, provocando desde modificaciones a nivel estético hasta alteraciones en las encías que comprometan nuestra salud bucal y general.
Alteraciones bucales
Enfermedad periodontal
El tabaco es un vasoconstrictor y como tal hace que las encías estén menos irrigadas, presenten un color pálido y parezcan menos inflamadas, lo que puede enmascarar uno de los principales signos de alarma de la enfermedad periodontal y por el que muchas personas consultan a su dentista o periodoncista: el sangrado de las encías.
El tabaco disminuye claramente las defensas de las encías, que quedan más expuestas al ataque bacteriano y, por consiguiente, ser más susceptibles a la infección periodontal. Debido a esta disminución de las defensas, los fumadores no solo tienen tres veces más riesgo de sufrir una periodontitis, sino que, además, progrese más rápidamente, se retrase su diagnóstico y, en consecuencia, el inicio del tratamiento más adecuado.
El 90% de las periodontitis que no responden convenientemente al tratamiento convencional se dan en fumadores.
Se ha constatado, además, que el 90% de las periodontitis que no responden convenientemente al tratamiento convencional se dan en fumadores. Igualmente, en las periodontitis más avanzadas que requieren cirugía periodontal los resultados son menos favorables en los pacientes fumadores.
El consumo de tabaco es un factor clave que dificulta el buen control de la periodontitis, así como el éxito en los tratamientos con implantes, siendo un factor de riesgo importante en el desarrollo de la periimplantitis (infección e inflamación del tejido de soporte del implante).
Hábitos de una buena higiene bucal y visitas al odontólogo más regulares y frecuentes ayudarán a tener un mejor y mayor control sobre las diferentes alteraciones asociadas al tabaco. Y, por supuesto, el abandono del hábito de fumar.
Fuentes:
Revista nº 18 de DENTAID
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