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Calidad de vida III: la halitosis
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Información

Algunos estudios concluyen que más del 50% de la población padece halitosis (mal aliento) (1), incluyendo a gente de todas las edades.

La halitosis se manifiesta como el conjunto de olores desagradables que provienen de la cavidad oral. Una patología que preocupa al 90% de la población (2).

La simple percepción de tener un aliento desagradable puede provocar un aumento inmediato de emociones negativas. Sin embargo, muchas personas desconocen la existencia de la halitosis y no son conscientes de padecerla.

Tampoco preguntan sobre ella y puede que las personas que tienen a su alrededor no comenten el tema por miedo a herir su sensibilidad.

La conciencia de padecer de halitosis, ya sea real o no, provoca un impacto en el comportamiento y las emociones que puede tener repercusiones en la calidad de vida:

  • Psicológicamente aumenta la ansiedad y el estrés y disminuye la confianza en uno mismo y la autoestima.
  • Socialmente afecta a la relación con las demás personas e interfiere en las relaciones íntimas. Limita la comunicación y aumenta la distancia interpersonal. Las personas que sufren halitosis se comunican más por gestos, cubren la boca con su mano al hablar y disminuyen el tiempo de espiración.
  • Profesionalmente también puede llegar a dañar la imagen e influir en aspectos tan importantes como el éxito profesional.
     

 

Origen y tratamiento

Aproximadamente en un 90% el origen de la halitosis está en la misma boca, siendo las causas más frecuentes la falta de higiene bucal, el cubrimiento lingual (3), el uso de prótesis u ortodoncia, las enfermedades periodontales (4), la caries (5) y el tabaco, entre otras.

El mal olor se debe principalmente a la presencia de compuestos volátiles sulfurados en el aire desprendido por la cavidad bucal.

El tratamiento está orientado a disminuir el número de estas bacterias productoras del mal olor y a disminuir la volatilización de los productos malolientes. Para ello se recomienda la Clorhexidina a baja concentración (0,05%), el Cloruro de cetilpiridinio y el Lactato de zinc, junto con la limpieza mecánica de la lengua.

Además, se debe realizar una limpieza dental profesional y seguir las instrucciones para una correcta higiene oral que incluya el cepillado, la limpieza interproximal, la limpieza lingual y el uso de colutorios.

Una evidencia del impacto severo de la halitosis en la calidad de vida de una persona es la remisión de los efectos anteriormente descritos después del tratamiento exitoso.

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Algunos estudios concluyen que más del 50% de la población padece halitosis (mal aliento) (1), incluyendo a gente de todas las edades.

La halitosis se manifiesta como el conjunto de olores desagradables que provienen de la cavidad oral. Una patología que preocupa al 90% de la población (2).

La simple percepción de tener un aliento desagradable puede provocar un aumento inmediato de emociones negativas. Sin embargo, muchas personas desconocen la existencia de la halitosis y no son conscientes de padecerla.

Tampoco preguntan sobre ella y puede que las personas que tienen a su alrededor no comenten el tema por miedo a herir su sensibilidad.

La conciencia de padecer de halitosis, ya sea real o no, provoca un impacto en el comportamiento y las emociones que puede tener repercusiones en la calidad de vida:

  • Psicológicamente aumenta la ansiedad y el estrés y disminuye la confianza en uno mismo y la autoestima.
  • Socialmente afecta a la relación con las demás personas e interfiere en las relaciones íntimas. Limita la comunicación y aumenta la distancia interpersonal. Las personas que sufren halitosis se comunican más por gestos, cubren la boca con su mano al hablar y disminuyen el tiempo de espiración.
  • Profesionalmente también puede llegar a dañar la imagen e influir en aspectos tan importantes como el éxito profesional.
     

 

Origen y tratamiento

Aproximadamente en un 90% el origen de la halitosis está en la misma boca, siendo las causas más frecuentes la falta de higiene bucal, el cubrimiento lingual (3), el uso de prótesis u ortodoncia, las enfermedades periodontales (4), la caries (5) y el tabaco, entre otras.

El mal olor se debe principalmente a la presencia de compuestos volátiles sulfurados en el aire desprendido por la cavidad bucal.

El tratamiento está orientado a disminuir el número de estas bacterias productoras del mal olor y a disminuir la volatilización de los productos malolientes. Para ello se recomienda la Clorhexidina a baja concentración (0,05%), el Cloruro de cetilpiridinio y el Lactato de zinc, junto con la limpieza mecánica de la lengua.

Además, se debe realizar una limpieza dental profesional y seguir las instrucciones para una correcta higiene oral que incluya el cepillado, la limpieza interproximal, la limpieza lingual y el uso de colutorios.

Una evidencia del impacto severo de la halitosis en la calidad de vida de una persona es la remisión de los efectos anteriormente descritos después del tratamiento exitoso.

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