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¿Cada cuánto hay que cambiar el cepillo de dientes?
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Información

El cepillo de dientes es imprescindible para la higiene bucal, ya que ayuda a eliminar la placa dental y los restos de comida que pueden quedar en la boca. Para que este pueda ser eficaz, hay que saber cada cuánto tiempo hay que cambiar el cepillo de dientes y cómo limpiarlo y guardarlo de manera adecuada.


Las principales organizaciones de odontología coinciden en que, por lo general, se debería cambiar el cepillo de dientes cada tres meses.


Esta recomendación responde principalmente a dos causas. La primera tiene que ver con la eficacia, mientras que la segunda se debe a los gérmenes que pueden contener.   


Cambiar el cepillo de dientes cada tres o cuatro meses es fundamental para garantizar su eficacia y prevenir el sobrecrecimiento de gérmenes.


El uso diario del cepillo de dientes hace que los filamentos se desgasten y se abran, haciéndolos menos eficaces para eliminar la placa dental y proporcionar una limpieza bucodental óptima.


Se calcula que los filamentos se mantienen en buenas condiciones durante este periodo de tres meses, por lo que pasado este tiempo hay que cambiar el cepillo de dientes.


Paralelamente, hay que recordar que en la boca coexisten millones de microorganismos, ya que es una cavidad abierta al exterior.


Esto implica que el cepillo queda contaminado con dichos microorganismos inmediatamente después de su uso y su presencia se incrementa con el uso repetido, tal como se ha visto en diferentes estudios.


De ahí que cambiar de cepillo de dientes cada tres meses aproximadamente sea aconsejable para prevenir la proliferación de gérmenes. Además, hay que tener en cuenta que, al cepillar los dientes, el cepillo también puede contaminarse con sangre, saliva y desechos orales y retener restos de comida y pasta dental, aunque lo lavemos tras cada uso. 


Más allá de la boca, el ambiente también es una fuente de contaminación de los cepillos de dientes. Esto se debe principalmente a que la mayoría de las personas los guarda en el cuarto de baño.


En ese sentido, se ha visto que los cepillos dentales pueden contener bacterias coliformes fecales que pueden llegar a ellos al tirar la cadena del inodoro o a través de las manos al coger el cepillo después de tocar una superficie contaminada.


En el caso de la Covid-19, también se ha visto que el coronavirus puede estar en orina y heces.


Además, pueden contaminarse por contacto con los filamentos de otros cepillos.


Todo ello hace pensar que los gérmenes presentes en el cepillo de dientes podrían ser causa de diferentes enfermedades. Sin embargo, todavía no hay evidencia de los efectos adversos directos en la salud que pueden provocar.


Razones para cambiar el cepillo de dientes con más frecuencia


Existen algunos motivos por los que se recomienda cambiar el cepillo de dientes antes de los 3 meses.


Las personas que se lavan los dientes con demasiada fuerza provocan que el cepillo se estropee mucho antes de lo que debería, por lo que tendrán que cambiarlo con mayor frecuencia.


No obstante, el principal problema de un cepillado demasiado agresivo es que puede provocar la retracción de las encías.


Aprender a cepillar los dientes con la técnica adecuada es imprescindible para una buena salud bucal y al mismo tiempo hará que el cepillo de dientes llegue aproximadamente a los tres meses en buenas condiciones.


Algunos estudios incluso recomiendan que las personas inmunodeprimidas y las que están siguiendo un tratamiento de quimioterapia cambien el cepillo cada tres días. También se han sugerido que las personas que se han sometido a una cirugía mayor lo renueven a diario.  


Finalmente, se aconseja que las personas que pasan por una enfermedad infecciosa de las vías respiratorias cambien el cepillo al principio de cuando se empiezan a encontrar bien y cuando ya están recuperados. Por ejemplo, ante un resfriado o una gripe.


Recomendaciones para el cuidado del cepillo de dientes


Más allá del reemplazo del cepillo de dientes cada tres, el uso, la limpieza y el almacenaje adecuados son claves para prevenir la proliferación de microorganismos.


Las principales recomendaciones son las siguientes:


  • Los cepillos de dientes no se deben compartir nunca con otras personas.
  • Hay que lavarse las manos antes y después de cepillarse los dientes, ya que estas puedan ser una fuente de contaminación cruzada.
  • Al finalizar el cepillado, hay que enjuagar bien el cepillo con agua y, preferiblemente, desinfectar el cabezal con un colutorio antiséptico durante 1 minuto, especialmente en periodos de riesgo de infecciones respiratorias. El colutorio debe desecharse después de cada uso y no se debe usar para desinfectar varios cepillos al mismo tiempo.
  • Hay que agitar el cepillo para eliminar el exceso de humedad y guardarlo con el cabezal hacia arriba y al aire.
  • Guardar el cepillo de dientes en su capuchón previene la contaminación con gérmenes del ambiente o de otros cepillos. Es importante que el capuchón contenga orificios que permitan la ventilación, ya que favorecen el secado y evitan el ambiente húmedo que favorece el crecimiento de bacterias.
  •  Es preferible que el cepillo de dientes se guarde lo más alejado posible del sanitario y que no comparta recipiente con el de otras personas. De ser así, no hay que dejar que se toquen.

 


 


 


 


 


 


 


Ordenar

El cepillo de dientes es imprescindible para la higiene bucal, ya que ayuda a eliminar la placa dental y los restos de comida que pueden quedar en la boca. Para que este pueda ser eficaz, hay que saber cada cuánto tiempo hay que cambiar el cepillo de dientes y cómo limpiarlo y guardarlo de manera adecuada.


Las principales organizaciones de odontología coinciden en que, por lo general, se debería cambiar el cepillo de dientes cada tres meses.


Esta recomendación responde principalmente a dos causas. La primera tiene que ver con la eficacia, mientras que la segunda se debe a los gérmenes que pueden contener.   


Cambiar el cepillo de dientes cada tres o cuatro meses es fundamental para garantizar su eficacia y prevenir el sobrecrecimiento de gérmenes.


El uso diario del cepillo de dientes hace que los filamentos se desgasten y se abran, haciéndolos menos eficaces para eliminar la placa dental y proporcionar una limpieza bucodental óptima.


Se calcula que los filamentos se mantienen en buenas condiciones durante este periodo de tres meses, por lo que pasado este tiempo hay que cambiar el cepillo de dientes.


Paralelamente, hay que recordar que en la boca coexisten millones de microorganismos, ya que es una cavidad abierta al exterior.


Esto implica que el cepillo queda contaminado con dichos microorganismos inmediatamente después de su uso y su presencia se incrementa con el uso repetido, tal como se ha visto en diferentes estudios.


De ahí que cambiar de cepillo de dientes cada tres meses aproximadamente sea aconsejable para prevenir la proliferación de gérmenes. Además, hay que tener en cuenta que, al cepillar los dientes, el cepillo también puede contaminarse con sangre, saliva y desechos orales y retener restos de comida y pasta dental, aunque lo lavemos tras cada uso. 


Más allá de la boca, el ambiente también es una fuente de contaminación de los cepillos de dientes. Esto se debe principalmente a que la mayoría de las personas los guarda en el cuarto de baño.


En ese sentido, se ha visto que los cepillos dentales pueden contener bacterias coliformes fecales que pueden llegar a ellos al tirar la cadena del inodoro o a través de las manos al coger el cepillo después de tocar una superficie contaminada.


En el caso de la Covid-19, también se ha visto que el coronavirus puede estar en orina y heces.


Además, pueden contaminarse por contacto con los filamentos de otros cepillos.


Todo ello hace pensar que los gérmenes presentes en el cepillo de dientes podrían ser causa de diferentes enfermedades. Sin embargo, todavía no hay evidencia de los efectos adversos directos en la salud que pueden provocar.


Razones para cambiar el cepillo de dientes con más frecuencia


Existen algunos motivos por los que se recomienda cambiar el cepillo de dientes antes de los 3 meses.


Las personas que se lavan los dientes con demasiada fuerza provocan que el cepillo se estropee mucho antes de lo que debería, por lo que tendrán que cambiarlo con mayor frecuencia.


No obstante, el principal problema de un cepillado demasiado agresivo es que puede provocar la retracción de las encías.


Aprender a cepillar los dientes con la técnica adecuada es imprescindible para una buena salud bucal y al mismo tiempo hará que el cepillo de dientes llegue aproximadamente a los tres meses en buenas condiciones.


Algunos estudios incluso recomiendan que las personas inmunodeprimidas y las que están siguiendo un tratamiento de quimioterapia cambien el cepillo cada tres días. También se han sugerido que las personas que se han sometido a una cirugía mayor lo renueven a diario.  


Finalmente, se aconseja que las personas que pasan por una enfermedad infecciosa de las vías respiratorias cambien el cepillo al principio de cuando se empiezan a encontrar bien y cuando ya están recuperados. Por ejemplo, ante un resfriado o una gripe.


Recomendaciones para el cuidado del cepillo de dientes


Más allá del reemplazo del cepillo de dientes cada tres, el uso, la limpieza y el almacenaje adecuados son claves para prevenir la proliferación de microorganismos.


Las principales recomendaciones son las siguientes:


  • Los cepillos de dientes no se deben compartir nunca con otras personas.
  • Hay que lavarse las manos antes y después de cepillarse los dientes, ya que estas puedan ser una fuente de contaminación cruzada.
  • Al finalizar el cepillado, hay que enjuagar bien el cepillo con agua y, preferiblemente, desinfectar el cabezal con un colutorio antiséptico durante 1 minuto, especialmente en periodos de riesgo de infecciones respiratorias. El colutorio debe desecharse después de cada uso y no se debe usar para desinfectar varios cepillos al mismo tiempo.
  • Hay que agitar el cepillo para eliminar el exceso de humedad y guardarlo con el cabezal hacia arriba y al aire.
  • Guardar el cepillo de dientes en su capuchón previene la contaminación con gérmenes del ambiente o de otros cepillos. Es importante que el capuchón contenga orificios que permitan la ventilación, ya que favorecen el secado y evitan el ambiente húmedo que favorece el crecimiento de bacterias.
  •  Es preferible que el cepillo de dientes se guarde lo más alejado posible del sanitario y que no comparta recipiente con el de otras personas. De ser así, no hay que dejar que se toquen.

 


 


 


 


 


 


 


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