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Enfermedad periodontal como factor de riesgo cardiovascular
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Información

La encía, el ligamento periodontal, el cemento radicular y el hueso alveolar constituyen los llamados tejidos periodontales, conocidos también como periodonto, que rodean y soportan los dientes. Cuando estos tejidos se inflaman, aparece la enfermedad periodontal, que inicialmente se limita a las encías (gingivitis), presente en un 60-80% de la población adulta española, pero que puede avanzar hacia una patología más grave, la periodontitis que afecta a un 25-40% de la población adulta y que tiene consecuencias graves tanto locales como generales.
Tal y como apunta la Sociedad Española de Periodoncia y Osteointegración (SEPA), la salud bucodental y la salud general están interrelacionadas, y unas encías enfermas se asocian con un mal control de la diabetes mellitus, con un riesgo aumentado de parto prematuro y con el desarrollo o el agravamiento de enfermedades respiratorias y cardiovasculares.
Si bien no hay dudas sobre la vinculación que existe entre las enfermedades cardiovasculares (accidente vascular cerebral, aterosclerosis, enfermedad coronaria isquémica y trombosis coronaria) y la enfermedad periodontal, todavía no existe evidencia científica concluyente de que dicha relación sea causal.

Hay estudios que apuntan que las enfermedades periodontales aumentan en un 25-50% la probabilidad de tener una enfermedad cardiovascular asociada, por lo que son muchos los que consideran la periodontitis como un factor de riesgo a tomar en consideración, junto con la hipertensión arterial, el tabaquismo o la hipercolesterolemia, en el origen de esta patología.

Aprovechando que el 14 de marzo se celebra el Día europeo de la prevención del riesgo cardiovascular, es un buen momento para coincienciar a la población general de la importancia de mantener una boca sana —no sólo para prevenir el desarrollo de enfermedades bucodentales, sino para mejorar la salud cardiovascular y evitar la aparición de afecciones de este tipo—, y para ofrecer algunos consejos básicos para prevenir las enfermedades periodontales:
  • Cepillarse los dientes después de cada comida y al menos dos minutos.
  • Utilizar elementos de higiene interdental como hilo o cepillos interproximales al menos una vez al día.
  • Reducir el consumo de alimentos y bebidas azucarados.
  • Abandonar el consumo de tabaco y alcohol.
  • Visitar regularmente al odontólogo.
Si, a pesar de estas medidas, las encías sangran espontáneamente o durante el cepillado, hay dolor o hinchazón gingival, molestan los alimentos fríos o calientes (hipersensibilidad térmica), existe mal aliento constante, aparecen cambios en la mordida o algún dientese mueve, es muy importante acudir al especialista lo antes posible, no sólo para conseguir salvar el diente, sino, incluso, para evitar la aparición de enfermedades que puedan comprometer la vida del paciente.

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La encía, el ligamento periodontal, el cemento radicular y el hueso alveolar constituyen los llamados tejidos periodontales, conocidos también como periodonto, que rodean y soportan los dientes. Cuando estos tejidos se inflaman, aparece la enfermedad periodontal, que inicialmente se limita a las encías (gingivitis), presente en un 60-80% de la población adulta española, pero que puede avanzar hacia una patología más grave, la periodontitis que afecta a un 25-40% de la población adulta y que tiene consecuencias graves tanto locales como generales.
Tal y como apunta la Sociedad Española de Periodoncia y Osteointegración (SEPA), la salud bucodental y la salud general están interrelacionadas, y unas encías enfermas se asocian con un mal control de la diabetes mellitus, con un riesgo aumentado de parto prematuro y con el desarrollo o el agravamiento de enfermedades respiratorias y cardiovasculares.
Si bien no hay dudas sobre la vinculación que existe entre las enfermedades cardiovasculares (accidente vascular cerebral, aterosclerosis, enfermedad coronaria isquémica y trombosis coronaria) y la enfermedad periodontal, todavía no existe evidencia científica concluyente de que dicha relación sea causal.

Hay estudios que apuntan que las enfermedades periodontales aumentan en un 25-50% la probabilidad de tener una enfermedad cardiovascular asociada, por lo que son muchos los que consideran la periodontitis como un factor de riesgo a tomar en consideración, junto con la hipertensión arterial, el tabaquismo o la hipercolesterolemia, en el origen de esta patología.

Aprovechando que el 14 de marzo se celebra el Día europeo de la prevención del riesgo cardiovascular, es un buen momento para coincienciar a la población general de la importancia de mantener una boca sana —no sólo para prevenir el desarrollo de enfermedades bucodentales, sino para mejorar la salud cardiovascular y evitar la aparición de afecciones de este tipo—, y para ofrecer algunos consejos básicos para prevenir las enfermedades periodontales:
  • Cepillarse los dientes después de cada comida y al menos dos minutos.
  • Utilizar elementos de higiene interdental como hilo o cepillos interproximales al menos una vez al día.
  • Reducir el consumo de alimentos y bebidas azucarados.
  • Abandonar el consumo de tabaco y alcohol.
  • Visitar regularmente al odontólogo.
Si, a pesar de estas medidas, las encías sangran espontáneamente o durante el cepillado, hay dolor o hinchazón gingival, molestan los alimentos fríos o calientes (hipersensibilidad térmica), existe mal aliento constante, aparecen cambios en la mordida o algún dientese mueve, es muy importante acudir al especialista lo antes posible, no sólo para conseguir salvar el diente, sino, incluso, para evitar la aparición de enfermedades que puedan comprometer la vida del paciente.

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